Por la puerta de mi casa a cada alba, pasa ardiente tras el sol una gitana, con su larga cabellera dislocada, con sus bellas trenzas y rostro de hada, marcha esbelta hasta que el ciclo la desgasta; y sola en la oscuridad queda atrapada. Me hace signos si miro por la ventana, me da gritos si no salgo a saludarla, surte un beso y lo lanza contra mi cara; y sigue andando a donde lleve la distancia. Si la llamo siempre se vuelve callada, pone mi mano sobre su pecho y al tocarla, late un tierno corazón que en fuego abraza.
- Yo la llamo ensoñación de la añoranza, buenos tiempos y nostalgias disipadas, por eso vaga, sonriéndole a mi voz muda alabada, pidiendo alegrías y esperanzas…
- Y ama escucharme llamándola, muchacha enciende esta lámpara.
‒ ¡La Divina Samaritana!
Pues la enlazo y suelos nuevos ven mañanas, pues su especie en perdición aclara sabanas. Y ella abala en su calor que embriaga páginas, que la aclaman ensalzada con saliva de mi labia, cual peregrina gallarda enamorada. La que encanto y agraciada a corazón me da las gracias desde sus profundas entrañas, cuando endiabla desnudándose sobre mi cama. Erizada a plenitud, sin más desgracias. Y cual flor de gala gime cárnica, mientras le quito la falda atrapándola contra una butaca. Besándola por la espalda hasta que el desayuno ella reclama, pues no harta.
Y terminando la estampa de entre sus venas aguadas brota magma. Y va y viene en sus deseos loca orgásmica, a rendir y eternizar sola olvidada, en su morada semántica. Después de desempolvar sus lagrimas, llenas de penas sin armas. Y ahora la advierto sonreír en la distancia, ebria de amor y nostálgica, con dolor en la mirada. Esperando soñolienta a que el sol salga, para venir a provocarme con su gracia, atirándome a su ardor de hembra de raza despreciada. Para darme el corazón al ser tocada; y escapar perdida al séptimo entre las alas, de su ángel de la guardia…
‒ ¡A ser feliz como dios manda; y a ser amada a sus anchas, como en sus sueños reclama!
– Para escucharme extasiada cuando se marcha y volver con cada alba enamorada, a iluminármela amándola, porque con mi luz no apaga la fuente de sus esperanzas de hembra atada a quien no ama.
- Para desbordarme su alma cada vez que sea citada; y para gritar que me ama mientras me escucha llamarla…
‒ ¡La Divina Samaritana!
Pictures courtesy of Eva Moreno Photographiste
Published Vogue Italia Copyright 2014.
Web of the Photographer : Eva Moreno Photographiste: http://www.evamoreno.book.fr/
| http://facebook.com/EVA.BBGC |
Models : Léa Martinez, Cloé Martinez & Mathilde Simon
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