domingo, 30 de noviembre de 2014

— Fuegos oculares.

Tony Cantero Suárez Chateau Rouge, Paris
 Tiempo de lluvia avecina, las aves anuncian trombas, me siento a una mesa redonda, sobre la que caen gotas, presiento que el café a esta hora no lo sirven como a otras, porque cuando en la terraza moja en el bar sirven las copas. Miro hacia el piso, veo sombras. Me agacho y recojo una nota que en papel blanco y media rota, cuenta húmedas historias de primeras morbosas, bajo aguaceros, tronando, en falda y botas.
- El llanto cruento en los labios y en los ojos mariposas. un silencio que destroza; y un perdone, esa es mi hoja. La he olvidado, hoy ando loca…
 Miro hacia el cielo, veo coplas. Una mano, un lapicero, cinco dedos y una copia, se reflejan en los espejos, cual un anuncio de compras que da vértigos de invierno. Escucho la voz que atrae el viento y giro hacia donde la estoy oyendo. Bajo mi rostro, veo cabellos y entre curva floreciendo leo un Milsueño, una góndola con pecho y rostro de flor de cuentos. Perdida entre tragos la advierto y olvidada cual soneto, al filo de un aguacero.
 Una vivida esperanza, recogida antes de que parta hacia el mañana, sin dar las gracias, sin nada que me la traiga. Una divina luz larga, con los rayos que iluminan la distancia. Pero de aspecto cansada por el desamor y otras manchas, marginadas, en el fondo de su alma. Y al mirarnos nos quedamos dándonos, lazos de cera con karma. Ella a hondas, a cerebro. Y yo sin voz y sin habla, mudando alas, devolviendole su espectro al admirarla.
— ¡Ella tiene aires de agua en la mirada; y por eso está cerrada la terraza!
— Ella tiene aires de agua en la mirada; y al cruzarnos salió el sol y encendió el alba…
— Ella tiene aires de agua en la mirada; y esta hoja es mi poción, al encontrármela…
— ¡Ella tiene aires de agua en la mirada; y yo voy a consolarla, hasta que a mi alcoba parta.
 – Hasta que sin falda, ni botas, le desborde el manantial por donde colma; y nade en olas…
 Hasta que de su lagrimal que llora, afloren lagrimas rosas y olvide el dolor de otrora, le voy a alegrar su historia después que me la cuente toda, tras dos copas. Me acepta otra, revive en bromas y la linea entre sus senos se emancipa voluptuosa. Sus caderas se arredondan, cual la mesa que ya sobra. Y cuando me rosa se aloca, se ve oronda, me toca, grita alto y pide otra.
Y copa a copa y a retoricas, nos vieron partir tras horas…
Tony Cantero Suárez frente al metro Chateau Rouge, Paris
 Y el soneto que esperaba ultima pócima, sobre el mostrador quedó entre tazas, copas y andanzas de memoria recontadas, inspirada. Ella tiene aires de agua en la mirada; y la he invitado a escampar aquí en mi casa. Ella tiene aires de agua en la mirada; y yo cosas que contarle que dan gracia. Ella tiene aires de agua en la mirada; y a esta hora si la ven, ya anda sin capa.
— Ella tiene aires de agua en la mirada; y yo fuegos oculares, de colirios seca lagrimas…
- ¡Por eso me pongo gafas!

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