Me he rendido ante el sabor como en el juego, tanto que protejo besos y no gasto. He ganado contra el mejor de los malos; y he sentido hacer el peor de los daños. Vivo al día y no me invento, ni me acabo, disfruto de lo que tengo y sigo andando. Soy tan diestro como el Zorro y sin ser Mago, hago un cuento y creo a Pinocho en su caballo. Con mi espada solo moscas he matado, pero se acuerdan de mi dando piñazos, revolcando bocabajo el viejo barrio. Y si hablo de mujeres no han faltado, no las cambio, no las vendo, ni regalo, porque he sabido decirles yo te amo, el día preciso en que ellas lo inspiraron.
Canto, bailo, vibro, salto y no me ensayo, en la ducha enjabonado hilo mis tangos, yo solo respeto a quien me ha respetado; y a los demás, pues al carajo, no soy Santo. Si respiro es a pulmón aún si he fumado, me he tomado un mes un litro, el otro un trago, para nunca dar mi adiós dando cantazos. Pero cuando escribo versos endiosando, doy rimas y melodías a ritmos raros. Para encenderle la dicha y que hecha rayo, se alumbre cual estaquilla sobre mi árbol. Que se disipe cayendo un aguacero, que bajo mis gotas sienta que ha mojado, que se inunde de deseo con mis encantos; y que estalle su sonrisa gravitando.
- Que nos ilumine en paralelo, el pararrayo, para por los cielos creernos dos pájaros, que al volar gritemos alto ensimismados, hacia el séptimo silbando sin descanso…
- Para creernos adjetivos relatándonos, en la página vital de un poemario, para darnos la razón que otros quitaron, cuando pitaron de adiós un vuelve rápido, para borrarnos…
Me ha llamado Ruiz, Señor, Alberto y Pablo, Antonio, Don, Rafael, Roberto y Carlos, pero suelo responder siempre aclarando, que el hombre que quiero ser lo llevo atado. Que sin lampara mi Genio alumbra cuartos, que en lo alto del tejado maullan gatos, que no me resigno al sol del desterrado, que deseo vivir frescores de mi antaño. Que sus labios me los traigan al besarlos, deseo los de la mujer que en sueños llamo. Cuyo nombre en cada verso he mencionado, sin decirle que este en fin es mi retrato. La he llamado Magia, Luz, Doña, regalo, dimensión de la virtud, camino andado, la he colmado y le he rogado no dejarlo.
- Y le he dado como nadie años tallados, pues soy diestro como el Zorro y sin ser Mago, hago que al abrir los ojos vea un ramo, con la postal que firmé antes de enviárselo…
― Rojo en carne un tierno corazón flechado; y en el centro en letras grandes un, te extraño.
Tony Cantero Suárez – El Idílico Existencialista – Los Susurros de Cantero – Copyright 2015
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