Pulula vida, pulula, germina donde haya ganas, florece sobre cañas bravas e ilumina tus razones sobre trampas. Brota de tallos sin sañas y date baños en cascadas, donde en el fondo las algas crezcan altas. Tráele abundancia a las casas y de pedazos de almas, has que renazca la esperanza.
— ¡Pulula, vida, pulula!
Vuelve a mover lo que para, bulle en el fondo del agua y hazte vapor sofocada. Refleja a la voz que te acalla sobre un espejo empañada, suelta amarras, seca lagrimas. Dale al presente su cara y eternizate en estatua, para que bien valga salvarsela, a quien te pierda por nada.
- Y para admirarte consagrada cual medalla.
Pulula, vida, pulula, vete a galopar sabanas, vuelve, se, regresa, cambia, recoge rastros de sabia y por los campos que andas riega albor del que hoy nos falta. Ilumina madrugadas cual un sol que atrae albas, mientra la luna descansa enamorada; y rosea tu verdor antes que partas.
Y fertiliza la magia con el amor de tu vara; y a las pesantes distancias, cortales la parte larga.
Multiplícate en raíces de cada clase de plantas, da a las especies que te matan un corazón sin metralla, lugar bueno a quien lo valga y espacio justo a consejos que el universo regalan. Y si me ves, si nos vemos, deja a mi lado una carta salida de un tintero abierto a boca ancha…
- Que al leerla riegue versos titulandola :
— ¡Pulula, vida, pulula…!
Sana heridas enconadas, da expresión a las palabras y sentimientos a sombras solitarias, que en silencio y disipadas cuales mascaras, en la oscuridad demoran resignadas, en la monótona frialdad que las desgarras. Pulula vida, pulula, que el arco-iris se extraña…
Que al otoño primaveras traigan tramas sin nostalgias, sin desamores, en larvas. Para que lluevan estampas que llenen de felicidad mis paginas, cual redención de un Ave Fénix reinventada, pues la ilusión nace de un bulbo en las cañadas, sin ver mareas que estancan.
Pulula, vida, pulula, que no olviden que haces falta hasta agotada y con guadaña. Pues nadie le pone amarras, para saber apresada, a quien es su propia lanza. Y si me ves, si nos vemos, deja a mi lado una carta salida de un tintero abierto a boca ancha, ya firmada y titulada.
— Pulula, vida, pulula…
- ¡Y domina mientras te plazcas!
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