Sombras, solo veo sombras que sin cesar trasnochan, que en la claridad se ahondan y en la oscuridad me atrofian en la infinita soledad de sus mazmorras y se destrozan, en la escueta inmensidad de mis neuronas. Sombras de paso que dan pasos y me ahogan, que cuando paso de largo me empujan para que me coman los fantasmas de los bultos de mi alcoba. Solo sombras que en mi pensar se acomodan y los recuerdos me ahorcan.
– Solo sombras malditas, prehistóricas, mutando como lagartijas, con bocas y colas…
Y cojo un pico, una pala y una antorcha cada vez que vuelven locas y al divisarlas las tiro, cabo sus tumbas, me atizo y las entierro bajo mis losas, fundando sobre ellas mis obras y redimiendo mis prosas. Y las sombras parten locas por la borda, olvidando sus retoricas y apresando mi memoria, pues la tronchan. Y cuando abro los ojos otras sombras vuelan y otras se transforman, me hacen un nudo en el cuello y me atesoran.
– Y veo sombras de veneno en huecos negros y sombras prodigas en lisonjas que me asombran; y me apoyo en los muros y ciego, les doy a todas bofetadas y escarmientos.
Y las sombras de mi cuerpo se unen a las sombras invasoras y hacen de mí un cocimiento preparado con mis sobras, con mi linfa, con mis huesos y con la sangre que me roban, que dan a beber cual remedio a hordas de sombras bobas. A las resignadas por dogmas y las de aristas de credos que deshonran, a las de la voz de Maquiavelo y a las de templos Marxistas que siguen sombrando mi pueblo en la neblina de la historia.
– ¡A la sombra de sus miedos, en su fobia, sin destellos, cuales nómadas…!
Sombras, solo veo sombras que no gozan, que me atan, que me acosan, que hacen colas. Solo sombras que sin gloria acaban cuando encendida mi antorcha en la claridad las inmola. Ideologías de muertos, intimidad y secretos que en las catacumbas lloran, veo sombras puritanas, demagogas, e incluso veo las alforjas de unos viles insurrectos que aniquilan la libertad ganada otrora. Y me veo entre ellos, encendiéndoles la lógica.
– Pues cuando sin sombra vuelvo no entiendo y me ilumina el concepto del destello; y la voz me arropa y mis dedos disipan con luces redentoras, las hoces que me agobian.
– ¡Y las sombras parten lejos, irritadas con presión, por mi luz propia!
Photographie Ariel Arias , Photographe cubain à Paris| SITIO WEB | http://www.ariaphotographe.com |
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