Está llegando la navidad, pero el ardid nada cambiará,
cuantos inventos que hay que escuchar. Papá Noel, padres
nuestros y altares llenos de juguetes nuevos y de fabulas
de otros tiempos. Ya está llegando la navidad y el frio
invierno, nieva en los cerros y en las estepas nos pelan los
deshielos; y el año se acabará, como comenzó en enero.
Una vez más sin empleos duraderos, ni dinero; y por el
cielo aquejando, por no poder mojar su suelo gris y seco.
Paros obreros, despedidas y lamentos hacen del recuerdo
un hecho que dio negocio a banqueros, el advenimiento
adverso se pasó el año doliendo. Y las caídas de pelo por los
problemas impuestos, nos han dejado el calvario de un
periodo arruinado que da hora a un reloj viejo, cuyas
agujas apuntan a los gobiernos y a los patrones de facto.
Por injustos y por la mala gestión de nuestros estados de
ánimo; y por la decadencia que arrastramos como zánganos.
Pero siempre, después de un invierno en nieve los rayos
de sol reaparecen. Y los prados reverdecen cuando las
lluvias se vierten sobre cascada y saltos, llenas de algas
y peces las playas de azul celeste se llenan de enamorados;
y los besos acostados sobre la arena se divierten. Cuanta
esperanza consciente la que derrochamos los humanos.
Cuando avistamos el triunfo de algún proyecto apostado,
decimos adiós a lo muerto que no logró vivir viejo; y nos
afincamos en el decir de lo olvidado para afirmar que
hemos vuelto como sol a su verano. Yo si quiero y como
puedo me lo gano. Se derriban los lamentos, se ayuda a
quien sea hermano; y se inventa el escenario con el acto.
¡Trayéndole un año nuevo de regalo!
cuantos inventos que hay que escuchar. Papá Noel, padres
nuestros y altares llenos de juguetes nuevos y de fabulas
de otros tiempos. Ya está llegando la navidad y el frio
invierno, nieva en los cerros y en las estepas nos pelan los
deshielos; y el año se acabará, como comenzó en enero.
Una vez más sin empleos duraderos, ni dinero; y por el
cielo aquejando, por no poder mojar su suelo gris y seco.
Paros obreros, despedidas y lamentos hacen del recuerdo
un hecho que dio negocio a banqueros, el advenimiento
adverso se pasó el año doliendo. Y las caídas de pelo por los
problemas impuestos, nos han dejado el calvario de un
periodo arruinado que da hora a un reloj viejo, cuyas
agujas apuntan a los gobiernos y a los patrones de facto.
Por injustos y por la mala gestión de nuestros estados de
ánimo; y por la decadencia que arrastramos como zánganos.
Pero siempre, después de un invierno en nieve los rayos
de sol reaparecen. Y los prados reverdecen cuando las
lluvias se vierten sobre cascada y saltos, llenas de algas
y peces las playas de azul celeste se llenan de enamorados;
y los besos acostados sobre la arena se divierten. Cuanta
esperanza consciente la que derrochamos los humanos.
Cuando avistamos el triunfo de algún proyecto apostado,
decimos adiós a lo muerto que no logró vivir viejo; y nos
afincamos en el decir de lo olvidado para afirmar que
hemos vuelto como sol a su verano. Yo si quiero y como
puedo me lo gano. Se derriban los lamentos, se ayuda a
quien sea hermano; y se inventa el escenario con el acto.
¡Trayéndole un año nuevo de regalo!
Picture by Ariel Arias.
Web du photografe: http://500px.com/ariasphotos
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