¡Jekúa Babalú ayé agrónica!
Aláàfia se a ni…
Y se encendió como trueno
sobre tierra Lucumí, la noche
en que accedió a su trono
bendecido por Olofin,
que lo llenó de energías
para que regresara hasta allí.
sobre tierra Lucumí, la noche
en que accedió a su trono
bendecido por Olofin,
que lo llenó de energías
para que regresara hasta allí.
¡Qué la Paz sea con todos!
Todos oyeron decir antes de
inclinarse al mito con los
saludos más dignos, que en
sus lenguas comprendí:
inclinarse al mito con los
saludos más dignos, que en
sus lenguas comprendí:
Y se apareció el Orisha
con muletas y escobillas,
le reapareció a la vida
cargando un saco de hierbas;
portaba conchas talladas
y collar de finas cuentas,
blancas y azules rayadas.
con muletas y escobillas,
le reapareció a la vida
cargando un saco de hierbas;
portaba conchas talladas
y collar de finas cuentas,
blancas y azules rayadas.
Roja su sangre chorreaba
por heridas de sus piernas,
humeaba un tabaco a medias
y sus pies se estrangulaban
por la larga marcha hecha.
por heridas de sus piernas,
humeaba un tabaco a medias
y sus pies se estrangulaban
por la larga marcha hecha.
Volvía a inscribir su leyenda,
lleno de yagas las venas
pero con las energías enteras
y su sabia a piel de tierra; y
con su magia vuelta hoguera,
para quemar penas cruentas.
lleno de yagas las venas
pero con las energías enteras
y su sabia a piel de tierra; y
con su magia vuelta hoguera,
para quemar penas cruentas.
Tu-kúa Babalú Ayé, Agróniga
nibago, ardo abisa
Tu-kúa babá fidemi.
Tu-kúa Baba mío, nibagu,
nibago, ardo abisa
Tu-kúa babá fidemi.
Tu-kúa Baba mío, nibagu,
Misericordia Papá decían los
fieles al verlo. Trae tus milagros,
curanos y llénanos de felicidad,
para hacerle un altar eterno;
y gozarla mientras nos quede pan.
fieles al verlo. Trae tus milagros,
curanos y llénanos de felicidad,
para hacerle un altar eterno;
y gozarla mientras nos quede pan.
Y él respondió:
¡Aché mis hijos!
No se paró y echó a andar
para curar a quienes perecían
cundidos de lodo y sal
y perdido en la pobreza;
y aun se escuchaba gritar:
para curar a quienes perecían
cundidos de lodo y sal
y perdido en la pobreza;
y aun se escuchaba gritar:
Maferefun Babalú,
ten piedad de quien te quiere
y aléjanos de la enfermedad.
ten piedad de quien te quiere
y aléjanos de la enfermedad.
Maferefun babá,
Mensajero del más allá,
Santo de los vellos feos;
y alma letal que no hace mal,
ten piedad de nuestros ruegos
y alimentaremos tus perros.
Mensajero del más allá,
Santo de los vellos feos;
y alma letal que no hace mal,
ten piedad de nuestros ruegos
y alimentaremos tus perros.
Y él les respondió con consuelo:
¡Aché mis hijos!
Aché p’uste madre vida,
aché p’uste to’ los días,
y aché pa’ la tierra mía que
hoy me vuelve a saludar;
y aunque no les queden poros,
no dejen de respirar
y busquen libertad y gozo.
aché p’uste to’ los días,
y aché pa’ la tierra mía que
hoy me vuelve a saludar;
y aunque no les queden poros,
no dejen de respirar
y busquen libertad y gozo.
Aláàfia se a ni…
¡Qué la Paz sea con todos!
¡Y no se paró y echó a andar, hasta
que le he perdido el rostro…!
que le he perdido el rostro…!
Pic. Icono de Babalú Ayé.
Obra plastica de la artista cubana
Clara Morera.
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