Desde que el trigo pobló el mundo el tiempo existe, gris en noviembre, blanco en diciembre, rojo en enero y negro al sol puesto. Las carabelas de muertos bajo la tierra deprimen y los fantasmas sedientos hacen que misterios y sexo sean adoradas virtudes, cuales ganas y deseos, la niebla, el cielo y las nubes. Como turbas que queman las quimeras, políticos que las entierran y como un Fénix lúgubre, que soltando plumas al calvario se acerca, dado a sus fuegos que penan, pues aqueja loma abajo y huele a leña.
– Mientras la semilla germina, lega memorias, fermenta con levadura y alimenta si los campos secan, da su pan a los amores que calientan y es frívola con los que congelan.
– Y en los jardines y vías, dicen que la tierra siembran y se envician con encimas…
Y en las sabanas más densas donde los vientos se tuercen como no hay maneras, en la jungla de las cuencas donde la flor de madera florece coloreada erecta, en las distancias más cruentas, en los desaires y flemas y en los balcones de deltas donde con prismas se aviste la inocencia, echan trino en las colmenas y sale miel de cabezas dulces y fresca. Y en las leyendas quijotescas que solían contar los poetas y eruditos de otras épocas, con amores despejaban las querellas y en las poesías más bellas, también temblaba la tierra.
Hasta el día que el error se consintiera, olvidando que el sentir merece muestras. Y no dejarlo marchar sin que la gracia se diera, para meterlo en materia sin polémicas, echándole el trigo de la próxima cosecha, que la consciencia rellena. Serenos, pues poco importa la espera mientras el día amanezca, tiempo al tiempo y carretera, en carreta, como dirían de un Fénix que de las calendas vuelva. Leña al fuego, quema penas y, paciencia. Échale un ciclo y regresa en primavera y, deja que la hierba crezca y, espera.
Que habrá cebada en las estepas, aire puro en las praderas, frutas frescas y una maleta dispuesta. Para partir a la apuesta, si llega, a donde la suerte se echa, mientras los sueños se crean. Y regresa en primavera, que tendrás cantos de juergas y rondas bajo la luna llena. Y regresa en primavera, si deseas y te tienta, que habrá tinto en la bodega y cerveza en la reserva. Pues la vida anda a sabiendas que solo el viento bate a ciegas, que trae al molino agua nueva y que regresa en primavera colmándolo de experiencias.
‒ ¡Y regresa en primavera, pues nada, ni nadie la frena, hasta la fecha…!
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