miércoles, 24 de octubre de 2012

Las piernas de un monumento. (I)




Yo vi unas piernas viajeras andando un mundo de
Brutos que no entendían bien sus pasos. Tenían un
corazón iluso todo de tierno quemado por dolores
y desencantos. Y por algún que otro pecho olvidado,
que el suyo les había quemado; amando tonto…
Por llantos que no secaron sus lágrimas se daban
baños; y en aceites se embadurnaron de desenfado
y engaños. El hueso, el dedo, el cansancio, la maleta
y el gusano. La piel el puerto y un barco donde las
vi navegar bronceando; como a piernas en verano…
Las vi que andaban perdidas como turbas de objetos
raros en graneros llenos de amargo. Buscando luz
en lo trágico para que iluminara su genio en humo
cruento y pecados. La pena grande en quebrantos
y la felicidad sin daños; e historias que se contaron.
Las vi en una playa en verano buscando besos en
cuero bajo unas olas de rayos. Y las vi tocando el
cielo enamorada de un astro que se apagaba en sus
fueros por una Habana de antaño; y en el siguiente
entreacto, las vi en un sueño dorado…
Las vi en Paris escampando bajo aguaceros de mayo,
las vi mojadas al aire secandose bajo un cielo abierto,
las vi anoche y me recuerdo susurrándoles un yo te
amo. Las vi en España aquel año y el pasado en no
me acuerdo porque las estaba soñando.
Las vi en la India denudas tomando sol como musas a
la luz de una luna muda. Y sobre unas dunas de fango
la vi solfeando mi música y les inspiré un mi forzado. Y
en Sol en notas bien hondas las vi bailando aquel tango
por mi salón apagado; y vi su estrella en sobre saltos…
Porque los días van pasando y el tiempo todo lo olvida,
hasta los orgasmo mágicos. 

Con gestos se cuentan los daños y con alegrías los
cambios. Para quien sabe esperarlo el desengaño es un
arbitro que ciega al bando contrario; para quien sepa
esperarlo, les reitero lo dictado. Para quien sepa
esperarlo con paciencia y bien sentado… 

Pic. by Tony Cantero Suarez. 

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