sábado, 24 de noviembre de 2012

Siempre hay motivos.



Que vida llevo sin pedirla me dijo un amigo un día
al sentarse sobre una silla de cuatro patas partidas,
ya estoy cansado de ella y no me aguantan las
piernas. Quiero vivirla más bella, sin tantas penas
violentas. Sin torturas, sin lamentos; con vergüenza.  

Con sus rosas con espinas que la existencia me
inspiran, pero sin peros ni alergias a la felicidad y a
la espera. Con sus aromas, con sus esencias, con
lágrimas vertidas nítidas y no con retoricas ligeras; y
sin la sinrazón que exaspera mi paciente inteligencia.

Quiero cortarme las venas para con sangre hecha
tinta dibujarte una escena pistoresca, quiero que
escuches y leas la pagina de mi tragedia y no juzgues
conveniencias. Pues mis temas de consciencia son mi
esfera y mi universo de firmezas; y las letras de mi lema.

Que en mi cabeza dan vueltas sin movérmela.

Mis principios y estrategias, mis sinsabores y sin
maneras. Mi buena fe y mi nobleza y el desamor que
me condena a la tristeza por no ser un ser cualquiera,
por no creer lo que esperan los profetas. Por no
sumirme ante las fieras, por no plegarme a la cuerda.

Por no clamar vuestra alteza sírvase la mesa llena; y
olvídese si no queda, aunque mi hambre sea cruenta.

Quiero cambiarla me dijo, pero no hay otras más
buenas; y si las hay, aunque quiera yo tenerlas no
soy de ellas. Llevo una vida que vaga con rumbo
derecha a izquierda; y en solitario a la almohada me
apego en las noches largas, a soñar con la esperanza.

Quiero cambiarla me dijo, pero si el destino me aplica
el adjetivo preciso. Si me acepta el soy ejemplo y no
predico. Si me asiento, si me vuelvo al precipicio y ya
dormido me deslizo al infinito de un abismo colorido;
y te invito. Y si no vienes no hay problema, yo me tiro.

Y en el cielo seré libre como quiero, ingrávido como
mi ombligo endurecido; y feliz de al fin volar en Fénix
mítico. De sentirme un verso lirico vivido, de surcar
el aire azul verde delirio; y posarme en el jardín de
los idilios, en el nido en que nací y donde revivo…

A escuchar los trinos susurrados por el viento, los que
el tiempo que ha pasado aun no ha traído. Y a ser
cimiento de un nuevo ciclo prolífico, sin adivinos ni
mitos. A ser quien soy sin olvido, sin olvidar que otros
viven mientras yo existo; y a respetar lo que han dicho.

Y así se fue, tal como vino; a buscarle al corazón
otros motivos. A pintarse una ilusión en sangre tinto,
a contar por qué al adiós nunca volvimos. A buscarse
algún amor tras sol y pinos, a cortar la rosa roja de
su signo; y a plantarla en el jardín de los idilios…

Quiero cambiarla me dijo; quiero ser libre al dedillo.

Ayer lo vi, se echó al camino con motivos definidos;
siempre los mismos, los de su estilo, con sacrificios. 

Picture by Ariel Arias. 
Web du photografe: http://500px.com/ariasphotos

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