Te ausentas, me olvidas. Te llamo, no me hablas y cuelgas
con prisa. Te vas de gira en tu coche a fiestas cualquieras,
pues siempre que te invita algún hombre a ciegas aceptas;
te dices que nadie te quiere y los ves aunque mientan. Ya
sé que con otro por horas te encuentras las noches, que
suerte bendita que él tiene de tenerte cerca; bien cerca.
Ay, qué pena, mi nombre me duele y me aspira la tristeza, no
pego los ojos pues solo te pienso despierto, pues sé que para
ti no cuento y me lo siento bien dentro de mi pecho. Y quemo
encerrado en mi rostro con los ojos rojos; y lleno con lagrimas
negras la fuente y el pozo de mi morbo. Y me inundo en
silencio esperando; y llorando hasta invoco demonios cósmicos.
Que desesperado me pongo con tu ausencia pues te añoro.
Necesito respuestas concretas que me calmen las ojeras, ya
sé que a algún otro que quieres por horas enteras te
entregas, bendita la suerte que él tiene de tenerte cerca. La
mía ni siquiera te recuerda en una historia entre piernas,
maldita la sombra que pegas detrás del sol de mi puerta. Hoy
debo dejar de quererte de todas maneras; en tu ausencia.
Voy a calmarme tu hoguera, porque no puedo tenerte aunque
te quiera. Porque no encuentro la razón para que entiendas,
el por qué erras. Si no te tengo pues mejor que no te piense,
me valdré solo y lograré alcanzar el cielo en otros besos que
te alejen. Y si me encuentro un nuevo amor alzaré el vuelo; y
sonriendo partiré a donde me inspire el pensamiento…
A donde olvide que tu ausencia, me hiso escribir estos versos.
con prisa. Te vas de gira en tu coche a fiestas cualquieras,
pues siempre que te invita algún hombre a ciegas aceptas;
te dices que nadie te quiere y los ves aunque mientan. Ya
sé que con otro por horas te encuentras las noches, que
suerte bendita que él tiene de tenerte cerca; bien cerca.
Ay, qué pena, mi nombre me duele y me aspira la tristeza, no
pego los ojos pues solo te pienso despierto, pues sé que para
ti no cuento y me lo siento bien dentro de mi pecho. Y quemo
encerrado en mi rostro con los ojos rojos; y lleno con lagrimas
negras la fuente y el pozo de mi morbo. Y me inundo en
silencio esperando; y llorando hasta invoco demonios cósmicos.
Que desesperado me pongo con tu ausencia pues te añoro.
Necesito respuestas concretas que me calmen las ojeras, ya
sé que a algún otro que quieres por horas enteras te
entregas, bendita la suerte que él tiene de tenerte cerca. La
mía ni siquiera te recuerda en una historia entre piernas,
maldita la sombra que pegas detrás del sol de mi puerta. Hoy
debo dejar de quererte de todas maneras; en tu ausencia.
Voy a calmarme tu hoguera, porque no puedo tenerte aunque
te quiera. Porque no encuentro la razón para que entiendas,
el por qué erras. Si no te tengo pues mejor que no te piense,
me valdré solo y lograré alcanzar el cielo en otros besos que
te alejen. Y si me encuentro un nuevo amor alzaré el vuelo; y
sonriendo partiré a donde me inspire el pensamiento…
A donde olvide que tu ausencia, me hiso escribir estos versos.
Picture by Ariel Arias.
Web du photografe: http://500px.com/ariasphotos
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