Que profundo se va el alma cuando las nostalgias vagan
por la oscura celda-sala de los amores que matan, de los
reductos de gracia ya pasada. De los recuerdos que amargan
la morada, de la escarcha que en invierno refriaba como
tarja sobre una lapida hablada: “A quien ha partido con
ganas a calentar otra casa, con la cocina en la entrada.” A
un verano a boca ancha, puesto al plato en la ventana…
por la oscura celda-sala de los amores que matan, de los
reductos de gracia ya pasada. De los recuerdos que amargan
la morada, de la escarcha que en invierno refriaba como
tarja sobre una lapida hablada: “A quien ha partido con
ganas a calentar otra casa, con la cocina en la entrada.” A
un verano a boca ancha, puesto al plato en la ventana…
¡Pues con lumbre y magia baratas; salen canas de una calva!
A alguien que no esperemos al alba, pues mañana no hará
falta al panorama; si los ojos cambian, con colirio para ratas.
falta al panorama; si los ojos cambian, con colirio para ratas.
¡Qué profundo incrusta el alma sus desgracias…!
Las primaveras rosadas suenan raras, los otoños y escapadas
fruncen caras y los pensares desatan, dejan tiernas serenatas
y nos distancian la estampa. Se van con ojos cerrados, se acerca
un cuerpo borracho, se apresan vellos humeando que el otro
cuerpo nos trajo relajados. Se ve al adiós no buscado contestando,
el principio, al encontrarnos y el ocaso. Y si acaso, nos vemos los
dos besándonos contra el muro en aquel atajo; desnudándonos.
fruncen caras y los pensares desatan, dejan tiernas serenatas
y nos distancian la estampa. Se van con ojos cerrados, se acerca
un cuerpo borracho, se apresan vellos humeando que el otro
cuerpo nos trajo relajados. Se ve al adiós no buscado contestando,
el principio, al encontrarnos y el ocaso. Y si acaso, nos vemos los
dos besándonos contra el muro en aquel atajo; desnudándonos.
Si el olvido inspira el cuento y nos listamos, pues los años
discutiéndonos pasamos, hasta el final esperado realizándolo.
discutiéndonos pasamos, hasta el final esperado realizándolo.
¡Hasta el llanto adelgazando de hace un rato…!
Nada más, más nada, sin fabulas. Nuestras cuentas anulamos
separándolas; pues protestas y tus grito nada cambian…
separándolas; pues protestas y tus grito nada cambian…
Qué pena me da esta sabana, mis lágrimas la manchan de
blanco; y no es la cera que estanca por mi vientre derramada,
que cruel tristeza y que ansias. Que sobre todo erizada siento que
exploto volcánica. Porque mis labios se engañan con tus trampas,
por tu saliva con magma de alguna carnada malsana; que me
disipa los poros de mis glándulas ováricas. Y me siento enferma
de ganas magmicas, de loco embrujo que acaba; en rabia cárnica.
blanco; y no es la cera que estanca por mi vientre derramada,
que cruel tristeza y que ansias. Que sobre todo erizada siento que
exploto volcánica. Porque mis labios se engañan con tus trampas,
por tu saliva con magma de alguna carnada malsana; que me
disipa los poros de mis glándulas ováricas. Y me siento enferma
de ganas magmicas, de loco embrujo que acaba; en rabia cárnica.
Sé que anda hondo apenada; y tus daños sanarán resucitándola.
Vete ahora de mi casa, márchate de mi mirada a otras pestañas;
y no vuelvas a llamar por mi ventana. Ni aunque veas que arde
en llamas la esperanza liberada que hoy me atas. Pues la puerta
te abriré para si pasas y te paras, no te pierdas lo que pasa; y
me veas con razón enamorada, cuando salga de mi cama un sol
que abraza. Si en la falda de mi luna se resbala la vía láctea; y
las estrellas de marras, dan un concierto a capela por la sala.
y no vuelvas a llamar por mi ventana. Ni aunque veas que arde
en llamas la esperanza liberada que hoy me atas. Pues la puerta
te abriré para si pasas y te paras, no te pierdas lo que pasa; y
me veas con razón enamorada, cuando salga de mi cama un sol
que abraza. Si en la falda de mi luna se resbala la vía láctea; y
las estrellas de marras, dan un concierto a capela por la sala.
No reniegues, vete ahora pues ya basta y desagradas. Ya las
penas del pasado no son tantas, para el dulce corazón que hoy
tú reclamas. Ignorando cual profundo me vi ahogada, mientras
tú me sulfurabas las entrañas, hiriéndome con tus escapadas;
pero ni quemándola me mataste la añoranza. Pues sé que
sana Ilusionándola, si de cada madrugada se ve el alba; y las
penas hondas que emergen, el mañana nos aclaran…
penas del pasado no son tantas, para el dulce corazón que hoy
tú reclamas. Ignorando cual profundo me vi ahogada, mientras
tú me sulfurabas las entrañas, hiriéndome con tus escapadas;
pero ni quemándola me mataste la añoranza. Pues sé que
sana Ilusionándola, si de cada madrugada se ve el alba; y las
penas hondas que emergen, el mañana nos aclaran…
¡Suturadas; pues ninguna pliega un alma hasta acabarla!
Picture courtesy of Céline Rosa by ESM Studio
Web of the model: http://www.celinerosa.book.fr/
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