miércoles, 29 de enero de 2014

DEL APÓSTOL LATINOAMERICANO.


centenario del primer busto de jose marti realizado por ugo luisi
La grandeza de Martí mis amigos no radica tan solo en sus extremadamente magistrales versos que se actualizan en nuestro día a día. La grandiosidad de la obra del maestro está en la fuerza de sus ideales y en sus capacidades innatas como aglutinador y unificador de ideas y corrientes. En su sin miedos conscientes y en su fortaleza mental. Martí logró organizar una guerra en Cuba, en la etapa más difícil de la historia de su tiempo y del suyo propio.
En la historia de América ningún hombre ha logrado tal unanimidad de consenso en cuanto a sus criterios positivos. Y pocos lo han hecho en la historia universal, ya que hasta Gandhi y el Dalai Lama, por ejemplo y por solo citar dos seres reconocidos de la contemporaneidad, retienen reconocidos puntos negros entre algunas “ideas ambiguas” sobre el comportamiento humano, la universalidad del hombre y su propia vida activa.
Martí no emitió ideas incoherentes en cuanto a la existencia, al menos de manera pública y que sepamos, ya que creo que era un laico crónico, e igual si creyó, nunca lo dijo. Porque no imagino a un cubano de aquella época tan revuelta y rica en cambios y a la vez llena de ritos y creencias religiosas, de ceremonia públicas y de cultos secretos que marcaban la formación y estructuración de nuestra comunidad nacional, no siendo al menos místico. Y hasta lo veo pasar por delante de una efigie de la Virgen de la Caridad del Cobre y no seguir de largo, sin por lo menos poner ante sus bellos y santos pies un girasol y dos centavos, dedicados ya no a su culto, sino que a la invocación milagrosa del potencial regalo que ella le hubiera podido dar. Por ejemplo en su lucha clandestina y militar por la independencia. Ya que no hay que olvidar que la Virgen montada a caballo guiaba la invasión mambisa. Y yo no soy creyente, pero comprendo y acepto los efectos del simbolismo patriótico-religioso. Y no veo por qué el Apóstol no los habría utilizado el mismo en pos de sus objetivos.
Y no creo que un hombre de su magnitud y por blanco que haya sido, haya solo sido Congo y no también  Carabalí. La idea de verlo en los dos casos a la vez me tienta más que todo a catalogarlo de universalista, como ya se sabe. Por el contrario nunca mezcló la espiritualidad de su verso, inspirado pero razonable, con la dialéctica de la idea justa que no puede ser condicionada por las creencias, del tipo que estas sean. La definición de su romanticismo exacerbado y hasta a veces desmesuradamente utópico, no hiso siquiera que aplaudiera lo más o menos bueno, si no existía un entramado que probara la buena fe del acto. Por lo que no solo puso toda la fuerza de su ego al servicio de la enseñanza de una conducta que solo tuviera como objetivo el enaltecimiento de la causa nacional y de la individualidad del cubano. Sino que también, muy finamente, para no ser acusado de nacionalista por los españoles, se declaró de toda América, sin que por esa causa obviara a la mal o bien llamada Madre Patria, ya que hasta tuvo el valor de aceptar el ser exiliado a ella.
Por eso pienso que un patriota independentista no debería afincarse en el populismo para ganar votos, el no lo hiso y abogó desde todas sus tribunas por esa gran Latinoamérica, pero sin triunfalismos, ni deformaciones semánticas del pensamiento político cubano, para hacer de esta toda, un bastión más de sus luchas.
Los cubanos no sabemos andar unidos, solo sabemos decir que lo estamos y seguir con nuestros libritos de pseudomaestros dando lecciones por todas partes. Pésele a quien le pese y duélale a quien le duela, a mi inclusive, tenemos que reconocer que los Castro nos embobinaron nuestros intelectos y hoy aún lo siguen haciendo,  dividiéndonos a diario. Nos han indoctrinado el sendero como a las bestias de circo cuando son domadas. Por lo que eso no se llama unión, se llama sumisión. Quizá y como he dicho otras veces, Castro hubiera podido robarle la escena al Poeta, pero sus letras de nobleza no son las mismas. Y es por eso que esa misma semántica con la que nos engañó,  también nos dividió. Por lo que es evidente que el famoso coma’andante se perdió por los suburbios de la herencia emancipadora, alejándose de la línea del Maestro.
Es lógico que al mundo le hacen falta nuevos hombres grandes que sepan unificar criterios y cambiarnos estas vidas de pueblos pobres que hoy todos vivimos. Pero a Cuba en particular le harían falta miles de “Martíses” juntos, ya no en mártires, si no que en héroes que eternicen el noble ideal del Apóstol de América, llamando a la unidad hegemónica del pueblo guiado por sus fuerzas libres. Hoy mismo nos hacen falta miles de Martises iguales, todos iguales y todos cubanos, liberados y por Cuba, para que pidan para ella democracia y justicia.
‒ Y yo lo digo por Cuba; y yo lo pido por ella.
¡YO PIDO POR CUBA! 
Creando lazos por Cuba
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Derechos Reservados Rafael Antonio Cantero Suárez, 2014. ©
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2 comentarios:

  1. Excelente artículo, amigo mío! Somos tantos los cubanos divididos... ¡También yo pido por Cuba!

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  2. Y ojala que por lo menos Cuba nos una a todos en nuestra anhelada patria mi querida Marlene... y que cuando así sea que la cubanía prime sobre el odio y las purgas, sobre quienes deben ante la justicia del pueblo, pagar por sus crimenes. Y ojala que sea en breve. YO PIDO POR CUBA! Gracias amiga y compatriota, Tony

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