Por rutas llenas de piedras, de hierbas malas y de mares de aguas cruentas, desde el Oriente nos llegan las secuelas de la histeria. Los males que envenenan el planeta, las rígidas doctrinas férreas, las letras negras que ciegan y las sobras que fermentan, con sus gérmenes que enferman primaveras. Desde allá llegan los que pervierten las palabras del profeta y las ideas que no entiendan. Los que no respetan verjas, los condenados a penas por violencia y los verdugos de la escena ecléctica. Desde allá llegan, con sus metralletas.
– Y una tras otra frontera, paso a paso nuestras puertas atraviesan, hasta que se dispersan…
Desde allá llegan los ecos de otras guerras, de otros conflictos que aterran, de pobreza, de exterminio y de ancestrales creencias sin quimeras. Los Comandos de las Hordas Carniceras, los narcos y los sin conciencia, los que perpetran sentencias sin importarles la espera y los que no juegan cuando se presentan. Y todos portan en sus cabezas las contradicciones cimeras que truncan las existencias, las de pensar que con esquelas se pagan las viejas deudas; y se consuela a quienes aquejan, por sus simples y llanas mierdas.
– Desde allá llegan, con sus sacos llenos de ofrendas para deidades malvadas y tétricas, los enviados de sectas que reniegan de la escuela y los brutos que penetran, a ajustar cuentas…
– Los asesinos de inocentes del viernes trece, los que a Paris nos convierten, en el Oriente.
Los enemigos del progreso, los bandidos, los cuatreros, los resignados al genio, los medias caras de a peso, desde allá llegan, haciendo escalas y a remos. A quitarnos las sonrisas y a amputarnos nuestros sueños, a tirar en los conciertos, en las calles, en los estadios y metros. A matar niños y viejos, gatos, lechuzas y perros y hasta al sermonero serio, si no es necio. Desde allá llegan los presos del recuerdo, los regidores de ajeno, los limitados y exentos de intelecto, los rendidos del altar de los deseos, los que no aportan nada bueno.
– Los amantes de los entierros, del terror y de los cementerios, que hasta a Dios visten de plebe, desde allá llegan las huestes de rudos, e irreverentes, que nos imponen temerles…
― ¡Los que inocularon la mala suerte, a los inocentes del viernes trece!
ESCUCHE LA ENTREVISTA AL ESCRITOR CUBANO RESIDENTE EN FRANCIA TONY CANTERO SUÁREZ CON RESPECTO A LA SITUACIÓN EN PARÍS, POR ARIANE GONZALEZ BRIZUELA PARA WWFE LA PODEROSA 6.70 AM – MIAMI, USA.
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