martes, 13 de noviembre de 2012

En silencio.



Me enmudeces, me enmudeces cuando hablas y me miras;
y callado frente a ti vuelo en sonrisas. Sueño en un instante
que eres mía, extasiado en tu mirada que hipnotiza. Y te
abrazo; y te tomo de la mano reina mía. Y te la beso; y
callado te seduzco sin malicia, en silencio, día a día…

En silencio, en silencio yo te beso si me miras.

Me enmudeces, me enmudeces tu lo sabes y te admiras,
cuando estás cerca de mi te felicitas. Te aseguras de no ser
la que yo diga, te diviertes y te olvidas de aquel día, de aquel
sueño que te dije que tendrías. Del beso que al robarte te
daría, el que nunca quise darte pues no hay prisa.

Me enmudecen, me intimidan tu mirada y tu sonrisa…

Y entre versos me estremezco de alegría, no contesto y
solo observo si me miras. Tu silueta es un modelo de
delicias. Y tu cuerpo verde fuego una caricia; que entrañas
quema en mi vida. Y me vierto, en cenizas. Y humedezco,
disfrutando tu belleza tan divina; me fascinas, bella ninfa.

¡Y enmudezco; y en silencio, amor suelto sin medida!

Porque tu eres la que pido cuando duermo, la que sueño
con el alma ya rendida, la que inspira en mi el lirismo de
estos versos, la que cuento aunque en verdad no seas mía;
la que pienso, la que quiero. Tu eres todo a lo que aspiro y
pido en vida; tu y tus labios, rosa tiernos, menta y ebrios.

Tu y tus ojos, verde intensos, que me miran y enmudezco;
y en silencio te doy vida y rimo versos, cuando ondulas…

¡Tu bello cuerpo perfecto; y tus caderas felinas…

Me enmudecen, me intimidan tu mirada y tu sonrisa; me
lo siento, aquí adentro, que me inca como espina. Y te
cuento aunque en verdad no sea mía, pues no miento mi
ilusión revive en tinta. Y mi ave fénix al mirarte se ilumina;
y aquí adentro, bien adentro  de mi pecho hay sol de día.

Me enmudeces, me enmudeces y al partir me robo el
sueños, pues los besos por respeto te los dejo. Tu sonrisa
me la llevo entre pretextos, tu mirada no la pierdo aunque
te dejo; y me enciendo, en tus fuegos. Cuerpo a cuerpo,
tan cercano de tu aliento como puedo; más que en versos.

Como puedo, porque cuando tu me miras te deseo; y
en silencio a un beso tierno al fin te llevo; y te tengo. Y te
envuelvo; y te abrazo; y te beso. ¡Y enmudeces; y
enmudezco! Y en silencio hasta el adiós te dejo besos,
como sueño cuando te pienso despierto; y te anhelo…

Y enmudezco; y me alejo…

Y te llevo en mi pensar como en mis versos, en misterios,   
desbordando amor eterno por mis nervios; en silencio. 
Picture by Ariel Arias. 
Web du photografe: http://500px.com/ariasphotos

No hay comentarios:

Publicar un comentario