La vi llorando, desencantada y desgastada por los
años. Por los perdidos, por los no usados, por los
errados. La vi llorando, que amargo teatro. En sus
penumbras la vi sombrando, bebiendo el trago
no tomado. En el crepúsculo vano de la decepción
sin precio; por las mordidas, por el desprecio…
La vi llorando recuerdos, frente a mis ojos poéticos.
Y su belleza rasgada hacía de su llanto versos,
de sus lagrimales riachuelos y de sus ojos el cielo
del color que me lo cuento. De sus labios rosa
tiernos un jardín como no vieron, con sus espinas
y sus canteros. Y de sus labios bohemios adictos a
los besos buenos; vi brotar sus cristalinos pétalos.
La vi llorando, el alma en leño; y el rostro en fuego.
Rogando a un muerto, a un ser sin verbo, que
aun si lo cuento no recuerdo bien su aspecto. El
pecho abierto y la frente ardiendo, la vi llorando
al desdeño. Orando al dios universo y pidiendo
tiempos célicos, quemando de sus adentros con
torbellinos de viento; e inflamaba en su veneno.
La vi llorando, justo como se los cuento; la vi
llorando en silencio, la vi implorando un te quiero.
¡Y le grité con el alma en cuerpo a cuerpo!
Te quiero, te quiero sin tus llantos veinteañeros.
¡Y se le iluminó el cielo en el desierto entre mis besos!
Y la vi llorando, la vi llorando por ellos.
La vi dudándolo, aspirándome el aliento; y la vi
besarme, con sus ojos por el cielo en carne y
hueso humedeciéndolo. Gritar te amo y morder
mis labios sin soltarme; la vi sudando, entretejida
en mis brazos, los dos a un verso calados. Como
dos lazos, como a caballo; los dos callados…
Labios con labios, desenfrenados, besos y abrazos.
¡Y La vi llorando y sonriendo al disfrutarlos!
años. Por los perdidos, por los no usados, por los
errados. La vi llorando, que amargo teatro. En sus
penumbras la vi sombrando, bebiendo el trago
no tomado. En el crepúsculo vano de la decepción
sin precio; por las mordidas, por el desprecio…
La vi llorando recuerdos, frente a mis ojos poéticos.
Y su belleza rasgada hacía de su llanto versos,
de sus lagrimales riachuelos y de sus ojos el cielo
del color que me lo cuento. De sus labios rosa
tiernos un jardín como no vieron, con sus espinas
y sus canteros. Y de sus labios bohemios adictos a
los besos buenos; vi brotar sus cristalinos pétalos.
La vi llorando, el alma en leño; y el rostro en fuego.
Rogando a un muerto, a un ser sin verbo, que
aun si lo cuento no recuerdo bien su aspecto. El
pecho abierto y la frente ardiendo, la vi llorando
al desdeño. Orando al dios universo y pidiendo
tiempos célicos, quemando de sus adentros con
torbellinos de viento; e inflamaba en su veneno.
La vi llorando, justo como se los cuento; la vi
llorando en silencio, la vi implorando un te quiero.
¡Y le grité con el alma en cuerpo a cuerpo!
Te quiero, te quiero sin tus llantos veinteañeros.
¡Y se le iluminó el cielo en el desierto entre mis besos!
Y la vi llorando, la vi llorando por ellos.
La vi dudándolo, aspirándome el aliento; y la vi
besarme, con sus ojos por el cielo en carne y
hueso humedeciéndolo. Gritar te amo y morder
mis labios sin soltarme; la vi sudando, entretejida
en mis brazos, los dos a un verso calados. Como
dos lazos, como a caballo; los dos callados…
Labios con labios, desenfrenados, besos y abrazos.
¡Y La vi llorando y sonriendo al disfrutarlos!
Picture by La Clandestina.
Sublime!!! cuanto sentimientos...., Gracias Tony por regalarnos tan bellos poemas.
ResponderEliminarMientras Tony Canteros Suarez exista...Siempre habrá en el mundo poesía.Beatríz N Melián